Mouris Salloum George*
Una tras otra: No logra aún Donald Trump escapar del callejón en que lo tiene acorralado la mayoría demócrata estadunidense en El Capitolio por el asunto del Rusiangate sobre la injerencia en las elecciones presidenciales en 2016, y ya se metió en otro bache con miras a los comicios de 2020.
Atrapado en el Twitter, el inquilino de la Casa Blanca festinó una reciente expresión del líder norcoreano Kim Jung Un en reciente entrevista conjunta, en la que éste llamó empantanado al precandidato presidencial demócrata Joe Biden, por sus juicios sobre el gobierno de Corea del Norte.
Específicamente, Kim Jung se habría referido a Biden como un tonto de bajo coeficiente intelectual.
La manifestación del norcoreano parece a todas luces una intromisión de gobierno extranjero en la política interna de los Estados Unidos, pero Trump, lejos de inmutarse, se puso a teclear su ordenador para celebrarla.
La vocería de la Casa Blanca pretendió bajarle al desliz de su jefe, pero los medios estadounidenses ya lo habían reproducido, no precisamente en tono divertido.
Si la pugna por la Casa Blanca está apenas en sus preliminares, fácil es imaginar cuál será el tono de la contienda una vez que las candidaturas por el encargo estén ya definidas y las campañas en pleno apogeo.
Como si las cosas estuvieran para regocijo político; o será, por lo contrario, El Pentágono apareció en escena pública, informando que ha reabierto investigaciones sobre la amenaza de extraterrestres sobre el pueblo norteamericano, a fin de lanzar La guerra de las Galaxias.
En eso de déficit de cordura, no hay ni a quien irle en Washington.